la diferenciación entre asentamientos de costa e interior, así como sus respectivas economías. Por un lado, los asentamientos costeros estaban orientados al comercio marítimo con el norte de África, a las actividades relacionadas con el mar y a la agricultura litoral, por otro lado, los asentamientos interiores tenían como principal actividad la agricultura. La nobleza goda junto a la Hispano-romana controlaba la mayor parte de la tierra, lo que reducía las posibilidades del resto de la población dándose gran cantidad de acciones delictivas y bandolerismo. Es por ello que la mayoría de restos que encontramos de dicho periodo son sobre todo castillos e iglesias. Como dato significativo de esta época, está datada la implantación de una importante actividad metalúrgica que aprovechaba las peridotitas para la extracción de hierro, actividad que podemos ver en el yacimiento situado al norte de Estepona y denominado El Nico. Este dato nos muestra una capacidad de autoabastecimiento en materiales de hierro que no solo fueron usados en el comercio sino también con fines bélicos. En el siglo VIII parecen haberse deshabilitado estos núcleos visigodos, lo que coincide con la entrada de los musulmanes en la Península Ibérica.
Los nuevos habitantes denominarían al macizo que conforma Sierra Bermeja como “Gebal Alhambra”. El asentamiento de árabes y beréberes se dio de forma desigual, asentándose en las zonas llanas los árabes y en las zonas montañosas los beréberes, lugar perfecto para el refugio. Estos habitantes concentraron sus actividades en torno a las arquerías que ubicaron a pie de monte, dándose tierras cultivadas de forma intensiva con espacios naturales que las rodeaban, además de cultivos de secano de gran extensión, aunque de menor importancia que los cultivos de regadío. Se dio la aparición de una serie de núcleos defensivos nuevos a través del aprovechamiento de las antiguas vías romanas que unían Gibraltar con Málaga por la costa.
A mediados del siglo IX los pactos establecidos desde el principio de la conquista musulmana con los pobladores que entonces había en el territorio, quedan anulados por las grandes reformas que impulsó el emir Abd al-Rahman II. De esta forma la base productiva y legal de la antigua aristocracia hispano visigoda desaparece y esta, en un intento de huir, se vio obligada a refugiarse en el monte tal y como habían hecho los campesinos. Un lugar que sabemos que funciono como refugio fue el Castillo del Nicio.